Hoy tenía pensado hablar de mi "nuevo primer día". Iba a hablar sobre todo lo que sentí el miércoles pasado al llegar al nuevo centro; al conocer a mis nuevos compañeros, pendientes de la "sustituta"; al entrar en clase y ser examinada atentamente por treinta pares de ojos, interrogantes, curiosos, amables o desafiantes... Quería hablar de todo esto y no lo descarto; pero no será en esta entrada.
Hoy voy a hablar sobre algo que todos percibimos diariamente. Y aun así, sigue sorprendiéndonos, haciendo que cada día nos asombremos más -si cabe- que el día anterior.
La entrada de hoy la dedico al riguroso periodismo de nuestro país. Es tanta la admiración que suscitan en mí los medios regionales y nacionales, que no encuentro palabras. ¿Qué decir ante la clara imparcialidad de Antena 3 o La Sexta? ¿Qué decir ante las "noticias" de tan hondo calado que emite Telecinco? ¿Qué decir ante el vocabulario preciso y técnico de Cuatro? ¿Y ante el tratamiento tan profesional de las noticias de La Primera, nuestra televisión pública?
Hace algún tiempo, cuando estaba "depre", evitaba ponerme las noticias; empeoraban mi estado de ánimo. Ahora, si estoy "de bajón" no veo Sé lo que hicisteis; veo las noticias de Telecinco y me parto el c... Titulares que parecen chistes cutres, una noticia que nos advierte de los peligros de hablar con el móvil mientras andamos (acompañada de la imagen de una chica cayéndose en una fuente), un "presentador" que insulta a uno de los protagonistas de la noticia...
Miro la hora en el reloj... no, no es Sálvame ni España Directo... Son las noticias.
La verdad es que sería todo muy divertido, si no fuera por la manipulación que lleva consigo. Una de las actividades que más me gusta hacer con mis alumnos de bachillerato es la comparación de la misma noticia en varios periódicos de distinta ideología. Recuerdo mi primer curso de profesora (2006/2007). Por aquel entonces, los periódicos todavía se alimentaban de "coletazos" del 11-M. Tanto mis alumnos como yo nos sorprendíamos del cambio tan radical que sufría una noticia de leerla en el ABC, El País o El Mundo. En noticias intrascendentes, como las deportivas o de divertimentos varios, nos hacía gracia a más no poder. Pero cuando se trataba de asuntos más serios (como los que eran portada aquellos días), el sentimiento de indefensión ante el poder de la prensa daba miedo. El análisis de los medios nos llevaba a plantearnos una serie de preguntas: ¿Cuál es la verdadera noticia? ¿Qué intención subyace en este medio para presentárnosla así? ¿Qué otras noticias nunca llegaremos a conocer porque no interesan? ¿Realmente siguen los periódicos las pautas de selección que nos enseñaron en la escuela -o en la carrera- de lo que es o no es noticia?
Estos días le he dado muchas vueltas a esos y otros muchos interrogantes. Todos somos testigos de la repercusión que tiene la violencia en los medios. Y todos hemos podido comprobar cómo cualquier salvaje pega una paliza a una persona y es portada, mientras que las preocupaciones, la movilización de todo un colectivo en defensa de sus derechos, no merecen ni una reseña. Es muy triste comprobar que en esta sociedad se oye antes a un violento que a un "pacífico". Y que esta manipulación no siempre esconde motivos políticos; lo más triste es que muchas veces es por puro sensacionalismo. En definitiva, por dinero. "Poderoso caballero..."
miércoles, 19 de enero de 2011
lunes, 10 de enero de 2011
Volver a empezar
He dormido cinco horas. Cinco horas moviditas, con pesadillas incluidas. En la primera, volaba con mi coche por una interminable carretera rumbo a Yecla -llegaba tarde a clase, por supuesto-. En la segunda, un grupo de 30 adolescentes psicópatas me esperaban con cuchillos y navajas en un instituto siniestro... ¡Aaahhhhhhhh!
Salto de la cama y miro la hora en el móvil. Las 8.30. Las vacantes no están ni de coña - me digo mientras corro a encender el ordenador-
El ordenador tarda en encenderse. Aprovecho para hacerme el desayuno y a mi cabeza acude la música de una vieja canción: Volver a empezaaaar... otra vez... Recuerdo cómo mis padres nos la cantaban (en tono de broma, para hacernos rabiar) cada 15 de septiembre al comenzar el nuevo curso. Ahora yo me la canto cada mes (o casi)... volver a estrenaaaaar... zapatos y liiibroooossss...
Tecleo www. carm. es / educación. Actos de adjudicación. Listado de vacantes. No hay contenidos en esta sección.
No sé para qué te molestas, hasta las 3 de la tarde no sale nada; eso si sale, que la cosa está muy mal... aunque tú estarás de las primeras cesadas; la gente seguirá enfermando y teniendo hijos -a los que se casen no los van a cubrir-, con suerte te quedas hasta final de curso, que cuatro centros ya está bien...
Me relajo unos minutos dándome una ducha caliente y vistiéndome. Intento no pensar en nada mientras arreglo la casa y me dispongo a salir nuevamente al Sef (antiguo INEM). Antes de irme vuelvo a mirar el ordenador obsesivamente. Nada. Prosigo con mi alocado monólogo interior y afloran mis esperanzas y mis miedos:
¿Tendré a alguien delante? ¿Saldrán suficientes plazas? ¿Me pillará muy lejos de casa? ¿Seré bien acogida? ¿Me integraré bien en el nuevo centro? ¿Qué grupos tendré? ¿Cómo serán mis nuevos alumnos? ¿Sabré ganármelos? ¿Me haré con la clase? ¿Cuánto tiempo estaré?
Durante toda la mañana sigo torturándome con preguntas sin respuesta; al menos hasta mañana por la tarde, cuando me entere a última hora de mi destino -para incorporarme a primera hora el día siguiente-. Mientras, seguiré más de 24 horas encadenada al ordenador...
Salto de la cama y miro la hora en el móvil. Las 8.30. Las vacantes no están ni de coña - me digo mientras corro a encender el ordenador-
El ordenador tarda en encenderse. Aprovecho para hacerme el desayuno y a mi cabeza acude la música de una vieja canción: Volver a empezaaaar... otra vez... Recuerdo cómo mis padres nos la cantaban (en tono de broma, para hacernos rabiar) cada 15 de septiembre al comenzar el nuevo curso. Ahora yo me la canto cada mes (o casi)... volver a estrenaaaaar... zapatos y liiibroooossss...
Tecleo www. carm. es / educación. Actos de adjudicación. Listado de vacantes. No hay contenidos en esta sección.
No sé para qué te molestas, hasta las 3 de la tarde no sale nada; eso si sale, que la cosa está muy mal... aunque tú estarás de las primeras cesadas; la gente seguirá enfermando y teniendo hijos -a los que se casen no los van a cubrir-, con suerte te quedas hasta final de curso, que cuatro centros ya está bien...
Me relajo unos minutos dándome una ducha caliente y vistiéndome. Intento no pensar en nada mientras arreglo la casa y me dispongo a salir nuevamente al Sef (antiguo INEM). Antes de irme vuelvo a mirar el ordenador obsesivamente. Nada. Prosigo con mi alocado monólogo interior y afloran mis esperanzas y mis miedos:
¿Tendré a alguien delante? ¿Saldrán suficientes plazas? ¿Me pillará muy lejos de casa? ¿Seré bien acogida? ¿Me integraré bien en el nuevo centro? ¿Qué grupos tendré? ¿Cómo serán mis nuevos alumnos? ¿Sabré ganármelos? ¿Me haré con la clase? ¿Cuánto tiempo estaré?
Durante toda la mañana sigo torturándome con preguntas sin respuesta; al menos hasta mañana por la tarde, cuando me entere a última hora de mi destino -para incorporarme a primera hora el día siguiente-. Mientras, seguiré más de 24 horas encadenada al ordenador...
martes, 4 de enero de 2011
Presentación
Cena de amigos. La conversación gira en torno a la Navidad: los gastos, las reuniones familiares, el reencuentro con viejos amigos, los días festivos -qué mal han caído este año, en sábado-... Empiezo a pensar que la tertulia va marchando hacia derroteros bien conocidos cuando, justo en ese preciso momento, Alfredo me hace la pregunta:
- Marisa, tú sigues de vacaciones, ¿no?
En unos segundos, se apelotonan en mi mente un sinfín de ideas. Podría decirle que mi contrato acabó el 22, al "incorporarse" la persona a la que sustituí el 23 (primer día de vacaciones). Podría decirle que ni siquiera he cobrado este mes lo que he trabajado, al no tramitarse a tiempo la baja. Podría decirle que aún no sé si voy a cobrar el paro. Podría decirle, incluso, que no sé si trabajaré a partir de ahora por los recortes en Educación. Podría decirle tantas cosas que, hastiada y apabullada ante el aluvión de ideas y su enumeración, contesto con un escueto
- Sí.
- !Qué bien viven los maestros!
Pues eso. Qué bien.
- Marisa, tú sigues de vacaciones, ¿no?
En unos segundos, se apelotonan en mi mente un sinfín de ideas. Podría decirle que mi contrato acabó el 22, al "incorporarse" la persona a la que sustituí el 23 (primer día de vacaciones). Podría decirle que ni siquiera he cobrado este mes lo que he trabajado, al no tramitarse a tiempo la baja. Podría decirle que aún no sé si voy a cobrar el paro. Podría decirle, incluso, que no sé si trabajaré a partir de ahora por los recortes en Educación. Podría decirle tantas cosas que, hastiada y apabullada ante el aluvión de ideas y su enumeración, contesto con un escueto
- Sí.
- !Qué bien viven los maestros!
Pues eso. Qué bien.
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