martes, 26 de junio de 2012

Mi primera vez

Noviembre de 2006. Veinticuatro años. Recién terminadas carrera y oposición. De golpe y porrazo, se cerró la puerta de mi "vida laboral" anterior y me topé con un portón imponente, con cientos de voces adolescentes gritando al otro lado: Mi primera sustitución.
Tras una experiencia fugaz de tan sólo 5 días, en la que tuve que hacer más bien poco, llegó la verdadera prueba de fuego: Las Torres de Cotillas.
Hecha un manojo de nervios, partí a la búsqueda del instituto la misma mañana de la adjudicación. Desde la primera vez, y siempre que los actos telemáticos posteriores me lo han permitido, voy al centro un día antes de incorporarme, como toma de contacto y apoyo para mi inseguridad.
Llegué a la hora del recreo, lo que me puso más nerviosa. Juraría que llevaba un letrero en la cabeza: Sustituta nueva sin experiencia. "Tranquila, que no te están mirando". Pasé casi corriendo por el patio hasta llegar al edificio.
- Hola, buenos días. Sustituyo a J.R., de Lengua.
- ¡Holaaa! Ay, sí, P., creo que irá para largo... Los jefes de estudios han salido, ve a la sala de profesores -primera puerta a la izquierda en ese pasillo-, que cuando lleguen te aviso.
Me dirigí hacia allí, pero tuve que esperar detrás de un grupo numeroso de alumnos mayores (serían de Bachillerato), que se agolpaban en la puerta de la sala preguntando por un profesor. Una compañera de mediana edad les abroncaba con grandes aspavientos: No podéis estar aquí, estáis interrumpiendo el paso, tenéis que esperar fuera. Algunos alumnos retrocedieron tímidamente y aproveché el hueco para entrar. En ese momento, la profesora me miró con un gesto de cólera acumulada a punto de estallar que jamás olvidaré:
- Pero ¿QUÉ- ACABO- DE ... Soooy profesora- la interrumpí antes de que llegara a mayores. Después de ver su expresión de sorpresa y vergüenza, pensé que a ella tampoco se le iba a olvidar mi cara.- Ay, hija, perdona, estos críos me tienen negra... No te he visto antes, ¿a quién sustituyes? ... Aaah, mira, ahí tienes a P. y L, de Lengua.
- Hola, soy Marisa, sustituyo a P.
- Hola, ¡qué bien! Por fin tenemos sutituta. Ven que te diga dónde están sus cosas... Mira, tienes un 3º, bastante bueno, del que eres tutora; un 1º de Bachillerato regular -muy numeroso y con bastantes repetidores-. Según P. son muy habladores. Con éstos hay que entrar con mano dura... También haces dos apoyos, a C. y a P. ¡Ah! Y por supuesto, las funciones de jefa de departamento.
-¿Co-cómo?
- ¿Has trabajado antes? ¿Es tu primera sustitución?
- Más o menos.
- Vale, tranquila -mi cara debía de ser un poema- Te explico. Ven al departamento. Esta tarde hay CCP...

8:30 de la mañana siguiente. Me acerco al aula que en el plano pone que es 1ºB. Hay un grupo de alumnos en el pasillo. Está claro, ésa es...
- ¿Sois 1ºB? Id pasando en silencio.
- ¿Tú eres la maestra?- me pregunta con cara de sorpresa un armario de dos metros.

Siento 34 pares de ojos que me examinan con curiosidad desde sus sillas. Con más de uno me llevaré cinco años. Bien, Marisa, que no huelan el miedo, intenta transmitir seguridad.
- Buenos días, soy Marisa, vuestra nueva profesora de Lengua...
- ¿Cuántos años tienes?- pregunta una voz burlona de chica, procedente del final del aula. Risitas.
-Para preguntar cualquier duda sobre la materia, levantamos la mano y esperamos a que el profesor nos dé la palabra. Voy a pasar lista que os vaya conociendo.
Termino de pasar lista -quedándome prácticamente igual que al principio- y comenzamos un repaso de sintaxis. Al final de la clase, una mano se alza paciente esperando su turno. Le doy paso.
-¿Tienes novio? -Risas. Suena el timbre.


viernes, 1 de junio de 2012

La profesión ideal

Yo ya no quiero que mi hijo sea médico, ni abogado, ni profesor. No. Yo lo que quiero es que sea político. Porque, como todos los padres, me gustaría que trabajase poco y se lo llevara contante y sonante.
De crío -adolescente quinceañero, año arriba año abajo- lo llevaré a Nuevas Generaciones o Juventudes. No importa que a esa edad no tenga idea alguna de política o de ideologías; lo importante es que si se hace del Madrid sea siempre del Madrid, y si se hace del Barça, del Barça hasta la muerte. Tampoco es relevante el partido al que se afilie (¿Hay alguna diferencia?)
Y cuando tenga que justificar o defender alguna de sus políticas bastará con una técnica bien conocida a esas edades:
- Eres un sinvergüenza.
- Y tú más.
- Mamá (o Papá, o Ciudadanos), mira lo que ha hecho...
- Has empezado tú.
Por supuesto, no le harán falta estudios ni trabajo ni nada que se le parezca. Lo importante es ser el "socio número 1" y demostrar que estás con el "equipo" hasta la muerte. Y los contactos -eso es fundamental-; aunque si introduces al niño bien pequeño, surgirán solos.
Una vez dentro, hay que acercarse al líder como sea para medrar en el partido. Con un poco de carisma, algo de suerte y mucho peloteo, llegará a concejal del pueblo.
Enhorabuena. Ya ganará con veinte años y ninguna experiencia más que tú, con cincuenta y estudiando y/o currando toda la vida.
Con ser concejal cuatro años tendrá solucionada la vida. No porque gane tanto como para "jubilarse" ya -dependiendo del pueblo, existe la posibilidad-, sino porque le habrá dado tiempo a hacer amigos más que de sobra en el sector de la construcción, banca u otras empresas, con lo que no le faltará un buen puesto en el sector privado. Siempre y cuando no prefiera seguir mangoneando en el ayuntamiento, bien en la oposición, bien en el partido que gobierne.
Y hay que tener amplitud de miras. Si sabemos bien "hacer la corte", quizá en un futuro no muy lejano llegue a ministro. Aunque es bastante difícil, porque para eso le hará falta una gran formación y una larga experiencia profesional... ¿O no?