viernes, 1 de junio de 2012

La profesión ideal

Yo ya no quiero que mi hijo sea médico, ni abogado, ni profesor. No. Yo lo que quiero es que sea político. Porque, como todos los padres, me gustaría que trabajase poco y se lo llevara contante y sonante.
De crío -adolescente quinceañero, año arriba año abajo- lo llevaré a Nuevas Generaciones o Juventudes. No importa que a esa edad no tenga idea alguna de política o de ideologías; lo importante es que si se hace del Madrid sea siempre del Madrid, y si se hace del Barça, del Barça hasta la muerte. Tampoco es relevante el partido al que se afilie (¿Hay alguna diferencia?)
Y cuando tenga que justificar o defender alguna de sus políticas bastará con una técnica bien conocida a esas edades:
- Eres un sinvergüenza.
- Y tú más.
- Mamá (o Papá, o Ciudadanos), mira lo que ha hecho...
- Has empezado tú.
Por supuesto, no le harán falta estudios ni trabajo ni nada que se le parezca. Lo importante es ser el "socio número 1" y demostrar que estás con el "equipo" hasta la muerte. Y los contactos -eso es fundamental-; aunque si introduces al niño bien pequeño, surgirán solos.
Una vez dentro, hay que acercarse al líder como sea para medrar en el partido. Con un poco de carisma, algo de suerte y mucho peloteo, llegará a concejal del pueblo.
Enhorabuena. Ya ganará con veinte años y ninguna experiencia más que tú, con cincuenta y estudiando y/o currando toda la vida.
Con ser concejal cuatro años tendrá solucionada la vida. No porque gane tanto como para "jubilarse" ya -dependiendo del pueblo, existe la posibilidad-, sino porque le habrá dado tiempo a hacer amigos más que de sobra en el sector de la construcción, banca u otras empresas, con lo que no le faltará un buen puesto en el sector privado. Siempre y cuando no prefiera seguir mangoneando en el ayuntamiento, bien en la oposición, bien en el partido que gobierne.
Y hay que tener amplitud de miras. Si sabemos bien "hacer la corte", quizá en un futuro no muy lejano llegue a ministro. Aunque es bastante difícil, porque para eso le hará falta una gran formación y una larga experiencia profesional... ¿O no?


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